Es una mañana de invierno. Hace frío en el scriptorium y no sólo aquí: es invierno en el mundo, tiempo sombrío de esperanzas heridas.
No sé lo que me impulsa a escribirte, ¿Acaso el tiempo? El tiempo que hace que no nos hablamos de verdad; el tiempo vivido. El incierto tiempo que nos queda por vivir. Lo no dicho. Lo que será preciso decir. Lo que quisiera decirte, pero no me he atrevido…
Porque ya no es posible callarlo más, aquí está la página de un viejo escritor. Es, sobre todo, tu página.

Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario